jueves, 17 de julio de 2014

Cuentos Alipioponcinos



LA CALABAZA ENCANTADA
Jack era un niño diferente, siempre estaba ausente de sus compañeros pues se burlaban de él. Le hacían maldades, se reían de cómo se veía. Jack siempre buscaba ganarse la atención de sus compañeros por eso les hacía sus trabajos, tareas y cualquier otro mandado que se les ocurriera, y aún así lo seguían molestando.
 Un día, Jack caminaba por la calle y se encontró con dos de sus compañeros, y lo molestaron a más no poder: lo hicieron llorar, y le quitaron sus cosas. El pobre Jack quedó tan desconsolado y triste que corrió a casa en busca de una solución. Jack miró al suelo y encontró algo que le extrañó mucho: una calabaza rosa.
 ¡Wow! exclamó Jack, pero al mismo tiempo la aventó pensando que era una broma más de sus compañeros. Luego reflexionó un momento y caminó hasta donde estaba la calabaza y escuchó:

-¡Pssssssst! ¡Hey! ¡Aquí! ¡Mírame! dijo la calabaza.
 Jack se asustó muchísimo y salió disparado a contarles a sus compañeros, pero como era de esperarse, se burlaron de él y lo volvieron a golpear.

 Ya en su casa, Jack corrió a su cuarto inconsolable y triste, miró al cielo y tomó la calabaza y le pidió que le ayudara para que sus compañeros no se burlaran de él. La calabaza aceptó, con una condición, que Jack nunca le pidiera que ella se fuera de ahí.
 Jack aceptó y a la mañana siguiente cualquier cosa que él pensara o dijera, la calabaza se lo cumplía, incluso su más exigente capricho.
 Jack llegó a la escuela con mucha seguridad en sí mismo, con la cara en alto, muy arreglado y distinguido. Ya no tenía miedo de nada.

 A lo largo de varios días, Jack se convirtió en la novedad de la escuela. Todos querían juntarse con él ya que era el mejor alumno, y pasó de ser el más feo a ser el más apuesto e inteligente de todos los niños.
 Todos los compañeros que lo molestaban se quedaron con la boca abierta al saber que Jack podía defenderse de cualquiera.

 Pasó el tiempo y Jack se hartó de la calabaza, ya que estaba harto de no hacer las cosas por sí solo y tener que depender de la calabaza. Además, ya todo lo que Jack deseaba se había cumplido, y no necesitaba ayuda, así que muy molesto le pidió a la calabaza que se fuera.

Jack, te pedí un favor y me lo tienes que cumplir.- dijo la calabaza- Me niego a abandonarte, tu lo prometiste y me tienes que cuidar.
 Jack se reía de lo que la calabaza decía mientras la pateaba y la aventaba.
 Después de varios días, Jack se fue volviendo rebelde, cobarde, envidioso y todo el mundo lo detestaba por egoísta, malcriado y nadie, ni sus padres, lo soportaban.




AARON HUAMAN SANTOS (3º "C")


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